jueves, 18 de febrero de 2010

Los Poetas, Músicos e Intérpretes Yucatecos en la Canción Comercial Y en La Canción Yucateca.

Trova Yucateca

Alma Reed

Luis Demetrio             Dzunum
Chispas Padrón

 Vate López Méndez

Los Poetas, Músicos e Intérpretes
Yucatecos en la Canción Comercial
Y en La Canción Yucateca.

Cuando escuchamos a los cantantes de moda entonando: Amor, amor, amor, Usted es la culpable o Mar se me fue y decenas, tal vez cientos de “grandes éxitos” de esta música comercial mexicana que data de cincuenta o más años y se sigue explotando en la actualidad a todo vapor, nunca se nos ocurriría pensar que sin la inspiración de los poetas y letristas yucatecos, simplemente, esos grandes éxitos, no existirían.

Las fortunas que se embolsan los cantantes, convertidos en verdaderos ídolos por obra de la publicidad y de las mafias de la radiodifusión, televisión e industria disquera, ya no las disfrutan los desaparecidos (hace ya mucho tiempo) cantilenistas yucatecos.

Esa comercialización musical no está a discusión, pero sí, la falta de crédito a quienes hicieron posible la existencia de esas fuentes inagotables de riqueza.

Si preguntas a alguno de estos cantantes ¿Quién es el autor de la canción que interpretaste? te van a contestar: Gabriel Ruiz, Gonzalo Curiel, José Sabre Marroquín, etc. etc., porque como autores que son de las melodías, se les dio toda la publicidad, pero, ¿sabías que ninguno de ellos compuso las letras de esas canciones que hasta la fecha producen carretadas de dinero? (y no hablo de arte porque la música comercial tiene muy poco que ver con eso). Esas letras, desde luego hechas acorde a la música, son de dos yucatecos: Ricardo López Méndez, tan fino y afamado poeta, que con un botón de muestra basta, ---“México Creo en Ti”, ese hermoso canto patriótico que rivaliza con “Suave Patria” del insigne Ramón López Velarde--- es de la autoría de esta figura, grande también, de la locución en la XEW, pionera de la radio en México.

El otro brillante y talentoso letrista lo fue José Antonio Zorrilla, más conocido por Monís, los dos ya desaparecidos físicamente pero que debían ser recordados a cada momento, porque a cada momento se interpreta en algún lugar una canción con letra de ellos, pero las radiodifusoras omiten indebidamente sus nombres, pasando probablemente por encima de alguna norma emanada de la Ley Federal de Derechos de Autor.

El Vate López Méndez como letrista de música comercial, le compuso a Gabriel Ruiz Galindo entre otras canciones: Amor, amor, amor, Mi corazón abrió la Puerta, Mar, Tú Dónde Estás, Vida. A José Sabre Marroquín: Gris, Mi mejor Verdad, Déjame Recordar, Presencia. A Gonzalo Curiel (menos comercial): Tu Boca y Yo, Tu Partida. A los finos e inspirados: Mario Talavera, Alfonso Esparza Oteo, Ignacio Fernández Esperón (Tata Nacho) y al mismo Agustín Lara le entrega la letra de Puerto Nuevo.

Por su parte José Zorrilla (Monís) escribe a Alfredo Núñez de Borbón, Paco Treviño, José Sabre Marroquín, Juan S. Garrido, Mario Ruiz Armengol, Luis Alcaraz, Miguel Prado, Ruiz Rueda, respectivamente, (ejemplos): Tu Vanidad, Di la Verdad, Te vas de Mí, Hay que Mentir, Estoy Enamorado, Bonita, No es Posible, Cosas del Amor.

A Gabriel Ruiz le da las letras de Usted, El Vicio, La Noche es Nuestra, Perdóname mi Vida, Quiero más y doscientas letras que habría que catalogar en este breve ensayo y que las comparten los más populares compositores de varias épocas musicales.

La verdadera sensibilidad poética yucateca de López Méndez, ya había quedado plasmada en las letras de Nunca y Quisiera con música de Guty Cárdenas y Yo no quiero que Llores de Ricardo Palmerín y la de José Zorrilla en Fuego de Amor y Quiéreme, que Arturo (Turix) Alcocer convirtió en hermosos boleros.

En mi tierra se le da crédito tanto al autor de la letra como al de la música de las canciones y ¡cómo no había de ser! Imagínese: cantilenistas como Ermilo Padrón López (Chispas Padrón) que nos regala con la letra de Rayito de Sol y Para Olvidarte a Ti de Guty Cárdenas, dos de las más bellas canciones de todos los tiempos. “Chispas” fue uno de los más prolíficos; compuso letras para casi toda la pléyade de inspirados compositores de la exquisita e inigualable trova yucateca y musicalizó hermosamente ---aun cuando no tocaba ningún instrumento--- su propia letra en una bellísima canción: “Miedo de Amar”

Indebidamente, insisto, se omite en la radio el nombre del autor de la letra de las canciones que se trasnmiten al aire. Cabe señalar que son pocos los casos de compositores que crean: tanto la música, como la letra de sus canciones y entre ellos podemos citar a Agustín Lara, aunque también musicalizó letras ajenas y a José Alfredo Jiménez, hasta donde estoy enterado. Casi siempre el creador de una letra solicita que se la musicalicen, pudiéndose dar también lo contrario aunque con menos frecuencia.

Conjuntar la inspiración real del músico con la del poeta ---como es el caso de la canción auténtica yucateca--- da como fruto ese deleite casi sublime que nos hace sentir la trova yucateca y ¡cómo no!: Por un lado: Guty Cárdenas, Ricardo Palmerín, Pepe Domínguez, Ernesto Paredes, Chucho Herrera, Vicente Uvalle, Rubén Darío Herrera, López Barbeito, Armando González Domínguez, Lezama Herrera, Lara Fóster, Armando (El Pollo) Cáceres, Estela Puerto de Pompeyo, Pastor Cervera, Enrique Navarro, Duarte Esquivel, Candelario Lezama, Pepe Martínez, Carlos Pinelo, Juan Acereto, Turix Alcocer, Wello Rivas, etc. etc. y del otro lado: José Peón Contreras, Antonio Mediz Bolio, Ricardo López Méndez, Luis Rosado Vega, Rosario Sansores, Ignacio Magaloni, Carlos Duarte Moreno, José Esquivel Pren, Manuel Díaz Massa, Alfredo Aguilar Alfaro, Humberto Lara y Lara, Luis Pérez Sabido, el gran escultor colombiano Rómulo Rosso (nacionalizado yucateco), Ermilo Padrón y el español Pedro Mata autor de la letra de Presentimiento y Santos Chocano presta al bohemio Armando Camejo su poema El Amor de la Selva para que surja el hermoso bambuco que lleva por nombre El Jaguar. Estos poetas extranjeros, donde estén, se sienten seguramente halagados por la hermosa música con la que los artistas yucatecos envolvieron sus versos.

La fiel interpretación de la música yucateca, es el complemento de este exquisito bocado espiritual y emotivo, que llega suavemente a nuestros sentidos. Esa interpretación curiosamente sólo los yucatecos podemos lograrla, sobre todo en el caso del bambuco.

A través de la historia de la canción popular en México, son muy contados los intérpretes que tuvieron la sensibilidad que se requiere para expresar la canción yucateca.

Respecto a los grandes intérpretes de este género musical, afortunadamente todavía los puede escuchar en las serenatas yucatecas y tal vez en la Plaza Grande o el Jardín de la Canción o en los sitios donde se reúne la bohemia. Para fortuna, sobre todo de los yucatecos, la trova yucateca no ha muerto. Se ha dejado escuchar durante casi un siglo por los mismos que la han compuesto además de que ha habido intérpretes incontables, notables algunos, como Fausto y Chalín Cámara, Los Caminantes, Los Yucas, Los Tecolotes, Los Condes, Miriam Gamboa, Cecilia Cárdenas, Paredes (padre e hijo), Garrido, Panchito Alpuche, Orquesta Típica Yukalpetén, Los Montejo, Judith Pérez Romero, Lía Baeza, Quinteto Mérida, Max Montes, Gustavo Pérez Abreu, Los Hermanos Magaña, Pepe Villamil, Lupe y Raúl, Saúl Martínez, oaxaqueño que supo hacer llegar a los amantes de la trova, con buena interpretación, la canción yucateca, evocando la voz de Guty Cárdenas, Arturo Escaroz, Omar Celis, Dueto Camelo-Llanes y muchísimos más que personalmente llegué a escuchar pero no recuerdo sus nombres. Contados tríos no yucatecos lograron hacer llegar al alma la canción yucateca y en una opinión muy personal, lo hicieron: el Guayacán, el Tamaulipeco, Los Calaveras y Los Hermanos Martínez Gil. Decenas de tríos incursionaron dentro de la canción yucateca pero no lograron darle la debida interpretación.

Tenemos músicos yucatecos en la actualidad, de fama mundial, como Armando Manzanero y Luis Demetrio. Tenemos otros que tuvieron gran fama y que aún se escucha de ellos, como Sergio Esquivel y Carlos Lico, intérpretes como Irma Dorantes, Imelda Miller, María Medina, Enrique Cáceres, de lo que nos congratulamos los yucatecos y disfrutamos de algunas buenas melodías como La Puerta, Somos Novios o Un Tipo como Yo, etc., etc., y también sabemos de La Boa o Me lo dijo Adela o Quién será que me quiere a Mí que son de la autoría de estos paisanos, pero todo esto es harina de otro costal. Nada tiene que ver con la trova ni con la canción yucateca, porque esta, llega a cumbres sublimes como las que alcanzan las arias de ópera famosas o las obras de Shubert, Mozart, Chopin y el mismo Bethoven.

Es la amalgama del romanticismo de la música que llegó de Colombia y la que llegó de Cuba, adornada con el toque mágico de Palmerín y Paredes en el bambuco colombiano y el de Augusto Cárdenas Pinelo y Chalín Cámara en la clave, la danza y el bolero venidos de Cuba y adoptados por nuestra sangre y temperamento mayas. Esto para mí es la música yucateca y no tiene porque ser canción yucateca sólo por el hecho de que la componga un yucateco. Es música más yucateca Lirio Azul de Lorenzo Barcelata, (veracruzano), que Adoro de Manzanero.

Enrique Navarro, para citar otro ejemplo, compuso notables canciones yucatecas con variaciones que no la deterioraron, pero el resto de su repertorio ---que quiso que fuera comercial y no lo logró--- nada tiene que ver con la canción yucateca, como nada tiene que ver con la canción yucateca las baladitas, los rocks y los cien mil bodrios que ya deben haber “compuesto” algunos de mis paisanos y que han de ser verdaderos “hits” que retumban entre una avalancha de anuncios en las estaciones de radio locales en las que engordan los cochinitos los locutores con las payolas.

Dzunum.

NOTA: Para la elaboración del presente ensayo, tuve el auxilio del magnífico libro en dos tomos escrito por el historiador yucateco y respetable amigo Miguel Civeira Taboada (q.e.p.d.), “Sensibilidad Yucateca en la Canción Romántica”, editado por el Gobierno del Estado de México

Dzunum
2003

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